Small town, big changes

By Christian Waidelich | Ecuador in South America

“¿Cómo puedo encontrar el camino al cielo?" Esta era la pregunta crucial que movió a la pareja de ancianos, Aníbal y Josefina durante todas sus vidas, dejándoles con una sensación de desasosiego espiritual. La aldea donde viven está profundamente comprometida con las tradiciones Romano Católicas las cuales a su vez están mezcladas con gran cantidad de creencias sincretistas. Las personas van a la misa varias veces a la semana para confesar, participar en rituales que nosotros no consideramos bíblicos y al final tienen la esperanza que hacer eso sea suficiente para agradar a Dios. Especialmente Josefina, quien asistía al templo de la iglesia local de manera regular, sintiéndose más cerca de Dios y orando, "Dios, sólo muéstrame el camino al cielo" - obviamente ella no lo conocía, y nunca obtuvo una respuesta allí.

Pero paso a paso, Dios comenzó a llevar a cabo Su plan para ellos. Primero, a través de su hijo quien vive a cientos de kilómetros en la capital del país. Él conoció de Cristo y lo contó a sus padres. La pareja entonces comenzó a preguntarse, "¿Quién es éste Jesús del que él habla?". Aquí me gustaría presentarles a una mujer llamada Alba. Han pasado ya varios meses desde que comenzamos a visitarla a ella y a su familia, quienes son los únicos creyentes en el pueblo de 2,000 personas. Nos reunimos con ellos para un estudio bíblico semanal y para un tiempo de entrenamiento en lo que significa ser y hacer discípulos. Oramos juntos por un avivamiento en el pueblo y juntos deseamos ver a personas creer en Cristo y la plantación de una iglesia. Alba literalmente conoce a todas las personas del pueblo y todos la conocen a ella y a su familia como creyentes. Ella sentía que Aníbal y Josefina estaban buscando la verdad en sus vidas, y a medida que les visitaba en su tienda en el centro del pueblo, las conversaciones comenzaron a tornarse más y más hacia el asunto principal - Jesucristo. En una ocasión cuando les visitó, Alba reconoció que ambos habían entregado sus vidas a Cristo. 

Hace poco, nos reunimos juntos en la casa de Alba. Aníbal y Josefina estaban llenos de paz y de gozo acerca de su esperanza presente y futura, y tenían muchas preguntas. Ellos sienten la libertad de estar en una relación personal con Cristo en lugar de sentirse cautivos en un sistema religioso. Durante nuestro primer encuentro, ellos hablaron y hablaron. No más el adorar a estatuas e ídolos, no más tratar de fabricar su propio camino hacia Dios sin tener la certeza de que al final será suficiente. No más dependencia de seres humanos. Más que nunca estaban estudiando diligentemente la Palabra de Dios. Les enseñamos sobre nuestro llamado de hacer discípulos y que ahora sus vidas existen para honrar a Dios en lugar de cosas hechas por manos humanas. Oremos que su pequeña tienda pueda ser un punto clave de esperanza para muchos locales, por causa de sus vidas transformadas.

Sin embargo, su decisión tuvo consecuencias inmediatas. "Nos llamaron locos, ¡algunos simplemente pasan para decirnos que nos odian porque seguimos a Jesús!", dijo Josefina. Existe libertad religiosa en Ecuador, pero especialmente en áreas rurales de la Provincia de Loja eso no se puede percibir. Volver la espalda a la iglesia tradicional es considerado como traición, como abandonar a la familia, o percibido como arrogancia al cuestionar la autoridad de la iglesia católica. Esta es un área donde muchos creyentes solitarios en zonas rurales necesitan ánimo y apoyo para permanecer de pie en tierra firme. Siguiendo a Cristo, se enfrentan a los peligros de doctrinas erradas y sectas que tratan de pescar en medio de los evangélicos. Continuemos dando la gloria a Dios con nuestras vidas y con amor hacia nuestro vecino, y nunca avergonzados del Evangelio de Jesucristo. La cosecha está lista, pero hay pocos obreros - compartamos el Evangelio con gozo y valentía con las personas en nuestro alrededor!

SIM Asset Publisher Portlet

Publicador de contenidos

SIM Asset Publisher Portlet

Publicador de contenidos

Related stories

In Carrie’s classroom, Jesus is shaping hearts and minds for his kingdom

When mission workers with young families leave their home country, a major concern is how their children will get on. While the parents are out serving, the kids need stability, education, and spiritual nurturing. That’s where teachers like Carrie come in. Originally from Kansas, Carrie now teaches at a mission school in Liberia, part of Dakar Academy in Senegal, shaping young hearts and minds for God’s kingdom.

Ken & Gwen Baker have spent 40+ years engaged in mission work and adventures with God

Ken and Gwen Baker have retired after 43 years of faithful service with SIM — a life devoted to God, to their teammates, and to equipping others for ministry. They spent decades planting churches in West Africa, fostering intercultural ministry, and shaping mission training that continues to impact workers worldwide. As they step into a new season of life, their story serves as a powerful reminder of how God uses ordinary people, willing to follow his call, to build His church and transform lives.

What might God do in 2025?

As we step into 2025, there is a sense of excitement and expectancy among those serving in mission work worldwide. From remote villages to bustling cities, SIM’s Entity Directors are preparing for what lies ahead, trusting God to bring transformation and hope to unreached and underserved communities. To gain insight into their vision and prayers for the year, we spoke with leaders across the globe about their hopes, challenges, and how the global Christian community can pray and support their work.

How the local church in France adapts to secularism and a changing society

France is a country of contrasts: rich in history, arts, and culture. Yet, as French native Vincent, Head of Communications for SIM France/Belgium, explains, it is also a nation of deep spiritual need. Things are starting to change, though. There is a growing openness to faith and a pressing need for mission work.