La educación en Ecuador le ha ayudado a Esther a compartir las buenas nuevas

By Rachel Wilson | Ecuador in South America

Esther King ha vivido en Ecuador desde que tenía cinco años. Foto por SIM Ecuador

Ser hijo de obreros misioneros conlleva muchos desafíos y alegrías, pero puede ser una vida muy enriquecedora. Conocidos en el mundo misionero como 'MK' (Hijos de Misioneros) o 'TCK' (Niños de la tercera cultura), se ven enfrentados por desafíos interculturales casi todos los días. Esther King ha vivido en Ecuador desde que tenía cinco años, cuando sus padres, Dustan y Becka, salieron de los Estados Unidos como misioneros de tiempo completo. Durante una gran parte de su tiempo en Ecuador, la familia ha vivido en la provincia de Loja, trabajando con jóvenes y luego involucrándose en la plantación de una iglesia en el área rural.


  

A la edad de 18 años y recién graduada del Centro de Aprendizaje de Hijos de Misioneros de Loja (MK Learning Center), Esther ha experimentado las distintas opciones educativas disponibles a los hijos de obreros misioneros.

Cuando llegó por primera vez al Ecuador, asistió a una escuela primaria local en la cual aprendió tanto la cultura como el idioma.

Luego, cambió al Centro de Aprendizaje (MK Learning Center), una cooperativa escolar creada por y para familias misioneras de la región. Esther fue instruida tanto por sus propios padres como por otros padres misioneros, e incluso tuvo la bendición especial de que sus abuelos fueran sus maestros durante muchos años. Le encantaba ir a la escuela con otros "hijos de misioneros" (MK) y no tener que ser parte de un grupo numeroso.

Esther decidió seguir a Cristo a la edad de ocho años, cuando comenzó a cuestionarse sobre el por qué su familia estaba en Ecuador y el motivo del trabajo de sus padres. Esto la llevó a tomar esa decisión de su propia fe y en lo que ella creía.

Esther dijo: “Lo más difícil de ser una hija misionera es definitivamente las despedidas. Constantemente tenía que decir "Adiós" a amigos y familiares, ya sea porque ellos se iban después de una visita o yo regresaba nuevamente al país de servicio con mis papás. Pero una de las mayores ventajas que veo es haber crecido bilingüe y el entender otras culturas. Haber crecido en Ecuador me ha permitido tener la oportunidad de conocer a muchas personas interesantes y ampliar mi visión del mundo.”

El consejo de Esther a otros hijos misioneros es que no se desalienten por las despedidas, sino que aprecien cada oportunidad de conocer a tanta gente y pasar tiempo con ellos.

Al crecer com​​​​​​​o hija de misioneros, Dios le enseñó muchas cosas y le dio muchas experiencias, incluida la importancia del trabajo misionero y de compartir el evangelio con personas que no conocen a Jesús. En los últimos años, ha comenzado a participar en el trabajo misionero local: compartiendo su fe y mostrando su amor por Dios.

Esther, quien pasará el resto del año en los EE. UU. para recibir orientación, dice: “Mi esperanza es poder trabajar como partera misionera. Mi interés en eso surgió durante una práctica en un centro de maternidad en mis dos últimos años durante la escuela secundaria. Aunque todavía no he recibido ninguna educación formal en obstetricia aprendí mucho trabajando en la clínica. Después de ir a la escuela de obstetricia me gustaría ser misionera dónde Dios quiera enviarme. Me encantaría llegar a las familias a través de la atención médica para mujeres y niños”.

Agradecemos mucho a Esther por compartir su vida con nosotros. Le deseamos todo lo mejor y estamos emocionados por lo que Dios hará en ella y a través de ella.

Oremos por

• Esther, para que siga creciendo en su relación con Dios y confiando en sus buenos planes. Ore también para que Dios bendiga su deseo de trabajar como partera y que la use poderosamente en ese ministerio.

• los Hijos Misioneros (MKs) en Ecuador, por protección de su corazón y mente, y que crezcan en una identidad fuerte en Cristo.

• buenas relaciones para esos MKs, tanto con sus familias como con amigos, a pesar de todos los cambios y transiciones.

 

 

Si está interesado en servir en Ecuador o en ayudar a enseñar en ese Centro de Aprendizaje (MK Learning Center) en Loja, envíe un correo electrónico a ecuador.personnel@sim.org.

 

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